Víctor Núñez Díaz Ahora, en cambio, divago en torno a todos esos ancianos que habrán perdido el ritmo del mundo, y que esperan, como Don Donato, mansos y dóciles, que venga a su encuentro la fuerza corrosiva de la desmemoria que a todos alcanza, para no ser más que algún recuerdo lejano y precario enSigue leyendo «Don Donato»